Poesía

Evaporado en una nube de humo está quien aguarda la noche para escribir
entre un día duro de trabajo y miserias
por no estar con quien quiere como quiere...
por no estar donde quiere con quiere, es así.

Tú que escuchas a Fabrizio de André  a altas horas de la noche
mientras bebes cerveza y fumas cigarrillo
y bebes cerveza entre cigarrillo y cerveza, me comprenderás.

Porque desde la primera línea de tiro,
puedes ver mejor siempre, las estrellas en el firmamento
y alguna te guiñará el ojo bueno, como diciendo
aquí estoy ahora te toca a ti para juntos estar siempre.

Y sigues pensado y dando vueltas a la idea
que te clavó frente al monitor como siempre cuando no debías
con tu sombrero de escribir con tú imaginación volando tras un sueño lejano
en el pasado o en lo más inmediato que te hace feliz con nombre de mujer.

No es la rosa no es el tulipán quien da color a tu poema
son tus ganas es tu voluntad por decir algo más
por restar tanta amargura en tu cordura pero siempre algo latirá.
Dejas el cigarrillo dejas la cerveza y sólo ves mil campo de amapolas.

Sigues jugando sigues travistiendo el significado de palabras
que tú vas robando y así sigues en la noche oscura.
Así debe y así será pero el viento te escupe en la cara el tiempo y su voluntad.

Y sin vicios y sin voluntad todo sigue a pesar de tí
tú sólo eres dedos que comunicas lo que sientes o ves.
Pero si estás aquí algo parecido habrás pasado o sufrid.
Si no es así es tarde haber preferido meterte en el Infierno.


Cuando lo relees tambaleándote en tu butaca de sueño y cerveza
y ves que se aproxima a lo que querías decir
notas como detrás del cristal de la ventana alguien te da su absolución.
Y  fumas la última calada sonriendo mientras te evaporas en la última voluta.