Querido Byron

Querido Byron,

No existe final que no comience un principio
como principio que al final no termine
es la paradoja sin fin un ángulo recto en el Universo
o en definitiva el sentido de la vida
que no creo que sea otra cosa que buscarle a la vida un sentido.

De niño podía estar horas sentado frente al mar
imaginándome conjeturando creando imposibles teorías sobre que podría haber más allá
de esa pared de cielo añil con nubes que es el horizonte interminable.

Hoy y respondiendo a tu última carta pero también intentando comprender algo de mi presente
te puedo asegurar sinceramente que puedo estar frente al mar durante horas
pero esta vez  para intentar entender el qué me fascinaba tanto de aquella  incertidumbre
al otro lado del horizonte que rompe en dos la inmensidad del mar
y descuelga la gran incógnita del que intenta observar con ojos de niño.

Me despido con un poema
un fuerte abrazo
y con el deseo de hallar juntos frente al mar alguna respuesta.


Tuyo siempre...

                                             Percy

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Si retas al horizonte que rompe el mar
entre monotonía o destino
descubrirás que todo se divide
en fina arena de playa o en el temor de los desconocido.

Si tu atrevimiento sigue adelante
de día borrará tu sombra de maldito
con el aliento abrasador fragua de tu destino
y el tiempo quedará marcado sobre tu corazón de yunque

No te protegerán ni dioses ni amuletos
ni saberes académicos de las oscuras tormentas que te aguardan
pero cuando la calma llegue
pintará de flores una corona para tu heroica calavera
y despertarás a un nuevo sueño.



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PD: Creo que ciertamente Ariel sería un buen nombre
para un velero con el que poder hallar la respuesta a tus dudas y a mis versos.