silencio -La cáscara amarga-

                               I

                               Llevé la contraria...

... a tonterías oficiales y diarias, ante la incertidumbre de un futuro,
sin acomodarme a nombres y cuentas.

Entre algodones, rodeado de tantos lujos ajenos, el frío pronto cortó mi piel
y la noche infectada de estrellas abrió mis ojos ante el mundo que camina y no ve,
vive pero no siente, ama pero no sueña con una vieja Primavera en Invierno.

Deambulé por la calle Amargura llegando a la plaza Desesperación
robando viandas, cervezas y pistachos para sobrevivir.
Pedí para cigarrillos y otros vicios que creía necesarios para crear algo...

Algo que pudieras leer...
Algo que hiciera reverdecer
tus flores lejanas de sal.

Cayendo en ofrendas y afrentas como un estúpido...
la vanidad, La vanidad y la soberbia!
Dejaron allanado mi camino ante amigos y desconocidos.

Cayendo de nuevo en putadas de cabrones sinescrúpulos,
esquivando las esquinas afiladas como cuchillas
siendo aquel del que con veinte años menos no se avergonzaría,

llevé la contraria y me dieron fuerte por ello.
Y hoy sigo haciendo lo mismo
y así seguimos vapuleados heridos y escribiendo.

                               II

                               Las calurosas cigarras...


... se apresuran
en traernos una nueva tarde de calor.
El vino en los vasos la comida en la mesa,
la maldita palabra muda en los labios.

Suena la triste y temblorosa
campana de la iglesia;
las urracas y cigüeñas cantan
a mi oído encolerizadas.

Hay una cierta sorna malévola,
"No seáis tan mezquinos!
Ante la hoguera que no ha encendido.
No sonriáis, Todavía no!"

Las brasas han prendido. Parece que sólo yo lo veo.
Lentamente respiran y exhalan fuego.
Estáis tan hambrientos y tan lejos
de derrotas que veis lo que no queréis ver.

Mientras os oigo rumiar vuestras sornas
poco a poco soplo a las lumbres
que avivan y dan fuerza al calor del carbón
y poco a poco una lengua de llama surge y crepita.

Eso es un adiós de humo
que dice el Verano:
A cuantos versos vas, de que forma....
y sobre todo, de que manera.

Y la hoguera va teniendo fuerza.
En vuestra palabrería os lo perdéis- como casitodo-
y el calor besa mansamente mi rostro complacido.
Perdiendo la mirada, bailo una pavana con el fuego.

Todo llega.
 Escucháis!?

"Todo llega", ... Si.

                              III

                      Después de las lentas campanadas a muerte...

las empedradas calles vacías se llenan de gruesos pasos
que suben a la vieja plaza de la iglesia románica.

Sombras de cabeza gacha
y un niño se pone de cuclillas
mirando detenidamente algo en el suelo.
...

La mujer oruga se tiende bajo el sol del mediodía
antes de subir por la rama
de alguna higuera y comenzar su capullo

..............             (algo en suelo)
entre una letra en una cuartilla arrugada
la letra le habla de una sombra desnuda
oscura pero más caliente que una estrella

tan dulce como la Coca-Cola seca
al rededor de unos labios sonrientes
tan lejanos y distantes como esta noche

.....   (algo en suelo)

una cerilla quemada
una vela encendida
una plegaria
en la noche de los santos.

......... (algo..... tras la ventana)

dos cuerpos desnudos
una mano sobre un pecho
la otra en la nuca escondida
bajo una larga melena.

-es un juego es un juego....-

la aguja ha llegado al final del disco
y éste no deja de dar vueltas
- lo oye?...lo oye?

poco a poco va dejándose
llevar con los ojos bien cerrados

nota como fluye rápidamente la sangre por su cuerpo
llenando inflamando la carne
subiendo la temperatura de su piel

Hoy parece que empieza a refrescar- dijo doña Paquita.
A estas alturas ya podía empezar- respondió doña Lola-
tan oscura y encorvada como la calle que se dirige a la iglesia.

                                 IV

                                Vigilo el viento...

... que arranca los matojos y llama a la Libertad
dejándome como los arboles que batidos por el viento
llaman a la libertad
o desde mi mar humilde y manso pero con tanta luz en su interior
llama a la libertad
reluce con estrellas o con un sol de Junio turquesa y verde.

Estoy pensando en nuestros innumerables momentos

que hacen que estrés tan lejos. Pero las estrellas
de nuestro mismo cielo, aunque oscuro, nos hace esperar.

A pesar de mi carcajada fuerte y vehemente
no sé reírle las gracias a quien no la tiene
ni bajar la pechera ante quien no se lo merece.

Y siempre estaré dispuesto a discutir una buena idea bajo una encina
o un chopo o lo que se plante en la capital de los árboles.

Las palabras me salen entre amapolas y espigas,
sin duda uno más de la cáscara amarga,
que engendra sueños que intentará
tejer con sus manos de niña y con sueños de gigante.

                              V

                             Ando deprisa por la calle oscura...

... con la mano derecha ensangrentada
calle abajo, al sentido de los pocos coches que circulan entre semana.               
Paro en un bar para descansar y con pícara mirada pido a la camarera
que me de unos hielos y una cerveza bien fría.

Maldita sea, Tuvo al final que pasar!

Me coloco los hielos dentro del trapo de cocina que me da y como me indica la camarera
sobre los nudillos sangrantes y como puedo me quito el sombrero húmedo de un sudor frío.
La camisa blanca está manchada y el chaleco y la corbata.
Bebo la cerveza e intento encenderme un cigarrillo. Todavía me tiembla el pulso.

La camarera me regaña, ya no se puede fumar en el bar y de nuevo sonrío,
pero como sólo lo hace una bestia herida y humillada por su naturaleza.
Y ella con la mirada me deja seguir acercándome un pequeño cenicero de cristal.

Mi mirada se pierde en el cenicero recordando los hechos unos minutos atrás
y no comprendo todavía el porqué tuvo que pasar, Tanto nos separa de las bestias?

Me apena y compadezco por el pobre borracho, como yo, que se mofó de mi estado
y de la respuesta de sus provocaciones.
Hay un lugar en alguna parte que se infecta e inflama cuando pasa algo así.

                               VI

                            Desde que la luz rompe mi cama...

... hasta que el sol se oculte no estaré ni un solo segundo sin el cigarro en los labios
la cerveza en el vaso y algo por escribir, una nueva idea una vieja historia.
Y tras la ventana
el día retando por delante a un futuro impertinente por relatar en sus pequeños sinsabores.

Oculten por una vez su desprecio,
que las palabras estorban.
Los versos desnudan sin ver la piel
y para quien se vea reflejado
habrá siempre la sombra de una encina para hablar.

Con el sol de la nueva amanecida,
mientras la fresca eriza mi vello,
se ultiman las correcciones adecuadas
con un café humeante y sueño en los parpados.

Hoy es diferente, cada día te quiero más y más....  

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