Pongamos que hablo de mi

Cada mañana te cuesta más arrancar
entre el sueño la pereza la tos que te ahoga una mano dormida
y después de la necesaria ducha te miras en el espejo
y sólo reconoces a quien ves porque se parece al de ayer.

Se despegan las estrellas que pegaste en la ventana
qué poca gracia te hacen ahora pero eso también es poesía.
Te vistes lentamente a pesar que como siempre llegas tarde.
La cartera el teléfono llaves un billete de cinco y un libro.

En el ascensor recuerdas que no llevas sombrero
y de nuevo a casa pero esta vez ya con prisas
hoy eliges una boina oscura bien calada que con esa barba pareces al Ché.
Y media hora de metro hastaelculo con olores gratuitos.

Sales a la calle y Madrid te ha preparado una mañana un tanto gris.
Un grupo de chicas te miran y tú las sonríes descaradamente
con el correspondiente vistazo a sus piernas y al calzado
fijaciones más raras tienen otros y peores, te consuelas de alguna manera.

Qué bonito sería ahora un numerito musical con bailes en plena calle-
piensas y maldito sea, qué bueno sería y te enciendes un cigarrillo con estilo propio.
Una pareja corre con sus equipamientos Decathlon a tu lado
y miras detrás por si alguien les persigue. Exhalas el humo aliviado al no ser así.

Y entras en la librería y saludas y abrazas a tu hermano y os contáis novedades
miras libros nuevos lees haces selección y todo eso que hace un librero.
Y llama Gracia y habláis durante un rato viéndola tras el teléfono.
Un besazo y cuelgas para seguir en la realidad que calma el exceso de genialidad.

Tras aguantar los inoportunos excesos verbales de más de un Paco, Antonio o Pepe
o de una de tantas María o Maruja exiges al Cielo ya ese numerito musical.
Dicen que nuestro deporte nacional es la envidia pero no es así... Es la malaeducación.
Y otra que tras la sonrisita la mandas a La Casa del Kico donde encontrará lo que busca.

Y sales a fumarte un cigarrillo y echas un vistazo al barrio
putas camellos repartidores excursionistas ejecutivos estudiantes y perdidos
policía que sube policía que baja vieja viejo y demás. El barrio se cuida solo.
Recuerdas otros tiempos más oscuros cuando trotaba el caballo por esas calles.

Pincho de tortilla y botijo en el Emilio, el desayuno de los campeones
y de vuelta al tajo sentado colocando escuchando y lanzando una nueva teoría disparatada.
Unos versos se deslizan poco a poco por tus labios y cierras los ojos
sonríes y por dentro algo se alborota. Tiene sentido y explica.

Con los ojos cerrados vas construyendo ese verso dando forma lo que será una estrofa
que unida a otras tantas dirán algo que por fin pueda aclararte el presente.
La realidad sólo se entiende con un poema sobre todo cuando éste lo escribes sobre la piel del mar.
Y una señora te despierta para preguntarte porqué están apagadas las luces del Bistró.

Llamas a Gracia de nuevo para escuchar de nuevo su voz
y miras el reloj del ordenador otra hora entera sin acogerte a sagrado.
Cierras de nuevo los ojos y tu mano garabatea en el aire el resto de la estrofa.
Más y más es sólo un encargo lo demás viene cuando estás solo.

Hoy encuentras este día mentiroso acomplejado ruidoso sucio... feo
y por eso cuando sales te sientas en un parque con una cerveza y como un pintor
intentas darle un poco de color a lo que ves dejando a un lado detalles inapropiados
quitando aquello que no te gusta y el poema va saliendo solo y cobrando vida.

Y cuando ya lo tienes vas a celebrarlo tú sólo, claro y va otra cerveza
y echas un vistazo al paquete y los cigarrillos van cayendo pero el día ya tiene color.
Das las monedas que tienes en el bolsillo a un vagabundo viéndote igual
pero con un poema nuevo quemándote en el bolsillo. Anochece y vuelves a casa.

Te pones cómodo (esto es sinropa) pero con tu viejo sombrero de escribir
Te sientas frente al ordenador con una cerveza fría los cigarrillos
todo el tiempo que la noche te conceda y poco a poco con tu música de fondo
aquellas palabras van teniendo voz propia consistencia y voluntad.

Cuando Morfeo te toca el hombro le das a guardar y mañana será otro día.
Te acuestas dejando fuera la pierna derecha por el jodido reuma.
Y un repaso al día sindejardetalle que nada quede sin un juicio justo.

Pues eso que pongamos que hablo de mi un día cualquiera.

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