A Álex Portero

Estrella negra del Parnaso que cubrió de gracia a Prometeo
de fuego ardiente que no quema arde y no se apaga.
El último humanista del siglo con nostalgia de sus mitos paganos.

Revoloteas cuando cae la medianoche
entre los pensamientos de lo sabios
de la tribu ante los cuales y respetuosamente
genuflexas mientras te quitas el sombrero.

Uno por uno ciento por mil
cada cual a su manera y como si de una bella melodía
interpretada por Savall dejas sentir
tu cuerpo en cada nota cada letra cada mínimo sentimiento.

Eres en la majestuosidad de tus pentagramas
caligráficos de magia élfica siempre oportunos
siempre acertados a veces no entendidos
pero necesarios día tras día y sobre noche eterna.

Llega la hora de hacer un rendido y sentido homenaje
a mi hermano de estrella de luz de vida
al maestro y discípulo de Maeterlinck Montaigne o Portero o a quien fuera.