Giovanni de las Bandas Negras (el baile de Venus)

Giovanni de las bandas negras la espada de los Médici
buscó la perfección el conocimiento
que perfila los bellos contornos de su ideal de mujer.
A caballo a la vanguardia de su ejército de condotieri
avanzó por los campos de cereal de Roma hacia la luz suave
como la leche entre las sombras de los cipreses de su Florencia.

Entró de noche por un cuadro de Botticeli para secuestrar
a su Venus y el caso es que ella le convenció para que hicieran el amor sobre la concha
a la vista de todos entre las hojas secas de árboles de otras épocas.
Venus sería su Musa, pero su Venus.

Después de aquello reanudó su largo caminos de lágrimas amargas
como nada en éste mundo
Giovani condotieri herido de muerte no encuentra la herida por donde debe sangrar
Y por las noches y por las noches....
quiere llamarla a gritos sin saber como nombrarla.

Bajo el cielo añil a caballo entre el sueño y la realidad
deja volar su pensamiento a otra constelación
disparado como si fuera una bala de plata con el viento
marino golpeando con fuerza su cara. volando a gran velocidad...

y el mundo se hace mucho más amable y más bonito.
y no sufre y no se atormenta Don Giovanni de las bandas negras.

El camino en Otoño de vuelta hace reflexionar
sobre lo conocido lo extraño de los sentimientos
sobre su triste futuro si la realidad de la vida
es vivir en armonía y felicidad si sólo responde a sus instintos.

La última sonrisa de Salomé
lo lleva apuntado en su libreta.
Fue la noche cuando salió la luna rosa, O fue verde?
También lleva apuntado los ojos verdes
de aquella chica de noble familia que le invitó a cenar
en el jardín de los pulpos y hubo tormenta.


Giovani en cualquier alto en el camino mientras su criado saca brillo a su armadura
compone canciones sobre el amor el odio la muerte y la vida
sin creer para nada haberlos conocido plenamente. Y piensa en Venús, en su Venús.
Y quiere llamarla a gritos pero no sabe como nombrarla.


Mientras amanece el ejército vuelve al camino pero esta vez al Sur de Nápoles
tierra de poetas pesados y cobardes.

Dicho esto queda que aquí empezó su trágico final.
En mitad de una batalla un fragmento de la bala de un falconete se clavó en su pierna
y tras una larga agonía después de la gangrena
Giovani de las bandas negras se despedía entre delirios.


Y Venus, su Venus lentamente fue alzando una pierna en el primer tiempo de una pavana
solamente interpretada sin música y coreografiada y bailada por ella, Venus, su Venus.

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