Vivir para escribir lo vivido




 

 

 

Vivir para escribir lo vivido, como dijo el maestro Umbral. Soy de izquierdas porque me parece de muy mal gusto escribir poesía y no serlo. No quiero decir que los escritores de derechas no tiengan corazón pero a lo mejor se lo piensan demasiado y al final se olvidan de lo más importante. Entre el existencialismo cristiano atormentado y arrepentido Samuel Ros la exaltación histórica e histriónica de Foxá o D´Ors o el ritualismo erótico funerario de Mishima; Céline criaba un par de doberman en su casa de campo nacionalista y francesa por aquello de la defensa ante homosexuales y marxistas; Ezra Pound volvió tras cuarenta años dando paseos en círculo de su confinamiento en un psiquiátrico a Rapallo saludando con el brazo levantado y dejándose alabar por las nuevas generaciones de escritores airados casi todos judíos homosexuales y de izquierdas, pero de eso no sabemos si el viejo Ez estaba informado. Sánchez Dragó De Prada siguen escribiendo y este último escribiendo su artículo tras la misa de nueve. Vivir para tener algo de que escribir o viceversa en algunos casos, nada más. Ahora y desde hace un par de años me siento como en un cuarto de espera de médico antiguo, con humo y mucho tiempo muerto. Escribo respiro y espero. No desanimarse ante algo que parece que intenta llegar pero que nunca llega. Godot se hace esperar, la obra sólo adolece de tiempo. Decía antes que soy de izquierdas por una razón discutible seguro, pero enteramente válida. De la misma manera que aunque nací en esta ciudad neurótica depresiva gris de humo y frío de posguerra, donde el cargo de alcalde se da a dedo, cada día me siento menos madrileño y más de cualquier sitio que no me recuerde donde vivo. Podría decirse que Madrid se ha dado cuenta a estas alturas de la vida que siempre fue carnívoro, y ahora intenta recuperar sus deseos más oscuros y compulsivos. Repugnante obsceno pero al mismo tiempo tiene algo de tierno en su descubierta debilidad. Uno empieza a dudar, No será que aquello que tiene que venir hace tiempo que entró por la puerta de atrás sin hacer ruido sin saludar  y está cómodamente esperando también a no sé qué? Puede ser, no hay que descartar la posibilidad. Vivir para escribir lo vivido, contar lo que sucede cada día es toda una declaración de principios el comienzo de una aventura el primer capítulo de unas crónicas de un madrileño que como todos o no se es de aquí o no se siente de aquí pero que no puede vivir lejos de aquí. En fin. 

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