La utopía de este País

LA UTOPÍA DE ESTE PAÍS




Nací en la capital de España a finales de los setenta tras el Baby Bom,  llamado popularme como un programa de la tele, aquel ascenso demográfico en los sesenta a base de dolares del tito Eisenhower; después vendría la agotadora muerte del dictador. Tres años después, mientras se gestaba la Santa Transición, la constitución y yo nacimos. Un país que se acostó con los coros y danzas de la casa campo, Jose María Iñigo Un Dos Tres en blanco y negro y la muerte de aquellos escritores y artistas de la otra España que se morían de melancolías mal curadas y se levantó en una movida de tribus urbanas de Pepis Alaska y compañía, el rey del pollo frito en Lavapiés, Un dos tres con Mayra y tetas en kodacrome que no era tan malo y parece ser que hacía apaño de todo tipo. Bocatas de Nocilla o chorizo después de la copita aguada de quina Santa Catalina y todo lo que hiciera crecer antes al hijo que más que un niño parecía un ficus regado de colesterol y hostias con la bici o por la mano aviesa de un profesor (!!) y los rombos represores de la moral.

Cuando comprendí la cuestión fue al recordar que en aquella época y gracias a las nuevas entregas en el kiosco de Érase el cuerpo humano o el EL Coyote, o alguna novela rosa de la editorial Arlequín para mi madre o para alguna vecina, había ante mis avispados ojos expuestas multitud de periódicos. Y luego también el vespertino o de la tarde. No podría decir cuantos pero aquello no se parecía ni de lejos a lo que se podía ver en cualquier kiosco de España a finales del noventa y nueve.
En la época del 4.0, Google, Youtube, wifi desde la sierra hasta la playa en omegles chats erótica urgente y adolescentil de una nueva generación que no sabe de roces de piel u olores, hasta la playa donde yace vencido por los porros y el botellón el maromo en cuestión, y todo esto pasando por el baño; Xvidios indiscretos en la red, parece ser que cuando menos te lo esperas te graban.

Sentíamos la perdida de Lou Reed y Mandela y hoy, finales de dos mil trece, nos enteramos de la muerte de Peter O´Toole, Lolita Sevilla y Jean Foantain, sólo hay dos opiniones: ElPaísabclarazónlagaceta o El Mundo, y este según como se despierte, y el Jueves la revista de humor que sale los Miércoles. De aquel ascenso demográfico de los sesenta a base de dolares pasamos al marco y después al MarcoEuro, pero como no soy economista paso de explicar, necesitamos altas de la Seguridad Social de donde sea para que alguien cotice nuestras pensiones y pague nuestro utópico hogar del jubilado que supuestamente un político de aquí se llevará.
Y destruido por el colesterol del pillaje del chorizo y el hijodeputa inconsciente con la que está cayendo... y este país no se despiertas de la siesta; corrupción de colores del rojo al azul y tiro porque me toca. Nuestros medios de masas osea los mismos ElPaisAbclarazónLagaceta: que ironía. La depresión de un  país cabreado por las templanzas de un gobierno mentiroso e hipócrita pasaron a la desfachatez ordinaria del fascismo con careta de payaso de taberna.

Llámalo como quieras pero que para sacar a un cínico mentiroso a esto... No lo sé. De verdad que todo vale?

En el País de Rajoy el Abc de la felación gubernamental la Razón es estar de rodillas y humillado.
Qué asco...  !!! Ni uno nadie nada parece salvarse, todos están tan sumergidos entre tanta mierda de favores económicos tú me debes yo te daré espera que si esto, lo hablamos luego. Mires donde mires, todos por igual.




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