El demonio está en los detalles


Del ayer a hoy y hoy, como presente e impertérrito, descanallizado

veo y siento que la vida se me escapa en esos pequeños detalles.

Siento y paladeo el segundo ahora, un ahora trabajado en años,

sudado y bien amortizado de memeces pretéritas hasta desgastarlas 

con el alcohol y drogas; las fáciles ínfulas distraídas del memo de antes.


El diablo se esconde siempre en los malditos pequeños detalles, 

pero déjame que pruebe tu lengua sabor a vino

como la primera vez, bajo las torres de Babel a medio caer

en la Babilonia confundida del apocalipsis dosmilveinte,

se entiende una y otra vez amor: cásate conmigo.


Vente donde no nos vean, buscándonos en lo perdido

en esta luna de miel con los pies en el mediterráneo

donde las olas hablan en griego, romano y fenicio 

y las algas de la orilla, lo que fue agua, luz y sal.


Descreído y algo cínico, el presente no me interesa,

por lo menos en un poema donde ha de ponerse

todo aquello de lo que hoy carezco, yo y mi tiempo realmente.

Pero en los pequeños detalles, en los pequeños matices,

aquellos que en otro momento disfruté con una carcajada

hasta beber de un trago largo la penúltima.


Ahora, con la vida por delante, fumo por la tarde en la terraza mientras lees

y alguna bandada de gaviotas escandalosas sobrevuelan

nuestro hogar, donde tú me cuidas, donde yo te cuido y la vida

desbocada entierra el tiempo de tanta infelicidad: por fin la paz y el descanso.


Pero recuerdo cómo no, Madrid: mi Madrid, ciudad como estado siempre anímico,

señora aristócrata, católica y decante con enfisema, que tose sobre taza de porcelana,

siempre heredada de París o de Londres, recostada en su sofá de cuero cuarteado;

grandes salones de parqué desgastado de madera, olor a cera vieja a vejez y olvido.


Ahora, con un pasado por delante, reseco y trasnochado, nicotinado y absurdo,

debo a ella, el valor del amor verdadero, que siga escribiendo, y viviendo al fin:

que ya tengo una edad para recordar un lejano antes, que nada apetece repetir.




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