NuevedeJuliodeDosMilcatorce

El beso más triste es el que se dan se roban quizás pero que sin duda
es el de la despedida con cierta esperanzas.
presa en una vida gris de ama de casa
en una relación tan fría como el clima inglés.

Él era Trevor Howard, un tipo que descubre
la emoción del amor de la sensualidad en una mujer casada.
Y ese beso con el que se despiden pero del que queda la leve esperanza
de lo politicamente incorrecto a cambio de la felicidad
del amor de ponerse el mundo por montera.

Eastwood y la Streep décadas después repetirían la escena
pero esta vez sin beso sólo ella con su marido conduciendo
una furgoneta y justo detrás de ellos en su camioneta su  fotógrafo
y ella con la mano en el manillar de la puerta mordiéndose el labio
buscando el valor que desaparece como lágrimas bajo la lluvia.